El control ambiental es parte del tratamiento no farmacológico del asma.
Se basa en la revisión y eliminación de los factores de riesgo que podrían contribuir a desencadenar las crisis y/o agravar la recurrencia de los síntomas en los niños.
Los niños y sobre todo los lactantes constituyen la población más vulnerable ya que su sistema respiratorio e inmunológico no está completamente desarrollado.
En qué consiste el control ambiental en el manejo del paciente con ASMA.
1.- Evitar el humo del tabaco
Según la OMS el tabaco es la causa de mortalidad más previsible en el mundo actual. Se han identificado más de 4.000 compuestos en el cigarrillo en combustión entre los cuales se encuentran partículas y gases. Producen dependencia, disminución de la oxigenación tisular, alteración de la función pulmonar y carcinogénesis.
El tabaquismo se ha asociado a muerte súbita del lactante, bajo peso al nacer, asma infantil entre otros. Es uno de los factores de riesgo más potentes para aparición de sibilancias y desarrollar asma infantil. Disminuye la función pulmonar en los niños y esto se acentúa en asmáticos. El tabaquismo puede alterar la respuesta al tratamiento esteroideo reduciendo las posibilidades de control del asma. La prohibición de fumar en todo el ámbito de la casa debe ser absoluta.
2.- Evitar la humedad
La humedad aumenta el riesgo de contraer enfermedades broncopulmonares en pacientes predispuestos, más aún si son asmáticos.
Está comprobado que las sibilancias son más prevalentes en aquellos niños que viven en casa húmedas que en los que no habitan en esas condiciones.
Los ácaros de polvo de habitación son ubicuos en ambientes húmedos y cálidos destacándose el género DERMATOPHAGOIDES. Evitar la humedad con una ventilación adecuada, eliminar las filtraciones, quitar alfombras.
Otras medidas uso de fundas de colchón, almohadas, lavado regular de la ropa de cama y de vestir en agua caliente, evitar los irritantes como cloro, perfume, quemas de basura etc. La contaminación atmosférica de tráfico e industria se relaciona con el asma infantil. Se debe evitar encender vehículos cerca de las habitaciones.
3.- Promover la actividad física
El hábito de la actividad física constituye un elemento de protección contra muchas enfermedades en especial las cardiorrespiratoria, debe ser una actividad moderada y continua.
La infancia es el periodo evolutivo esencial para la consecución de un estilo de vida saludable. Se debe fomentar la actividad deportiva tanto intra como extraescolar.
El ejercicio es un desencadenante frecuente de asma infantil, la hiperventilación por el esfuerzo, produce enfriamiento y deshidratación de la vía aérea, estimulando la liberación de mediadores de la inflamación, el efecto es mayor si se respira aire frio y seco, lo cual se agrava si el niño padece obstrucción de vías aéreas superiores por hipertrofia adenotonsilar con respiración bucal.
4.- Intervención Psicológica
Existe una correlación entre asma y trastornos psicológicos como el estrés, inclusive el nivel de estrés de los padres puede influir en la función pulmonar y puede agravar el asma de sus hijos.
Las expresiones extremas (llanto, miedo etc.) pueden provocar exacerbaciones al producir hiperventilación e hipocapnia que puede causar constricción de la vía aérea. El estrés participa con frecuencia por lo tanto debe reducirse el mismo lo más prematuramente posible en programas ya sea grupales o individuales de tratamiento.
5.- Alimentación del niño con ASMA
En el niño con asma se debe realizar una constante vigilancia de su desarrollo pondo – estatural, ya que las crisis agudas de esta condición crónica pueden producir desgaste calórico y afectar tanto el peso como el crecimiento, aunado al ayuno y las complicaciones infecciosas que se suman a estas crisis.
Se recomienda suplementar con un mínimo de 20 % de aporte calórico. En casos de crisis moderadas y/o severas algunos requerirán hasta de 150% o más de sus requerimientos calóricos. Si existe déficit nutricional de base, el paciente debe recibir un aporte de nutrientes incluso por encima de los establecidos para su edad, vigilar el aporte de micronutrientes.
Se ha observado deficiencia de hierro con o sin anemia en el 50% de los niños con déficit nutricional por ello se recomienda administrar suplementos vitamínicos y minerales una vez al día.
Las alergias alimentarias y su relación con el asma
Estas se presentan en las primeras etapas de la vida. La hipersensibilidad alimentaria puede producir problemas respiratorios y se considera una respuesta anormal causada por una reacción inmunológica secundario a la ingestión de algún alimento o aditivo alimentario.
El 2,8% de los lactantes desarrollan alergia a la proteína de la leche de vaca, las fórmulas de soya no son menos alergénicas que las preparadas con proteína de vaca.
se recomienda la utilización de la lactancia materna exclusiva o fórmulas extensivamente hidrolizadas o elementales (en los casos donde la lactancia materna es imposible).
Prevención para lactantes con alto riesgo hereditario de ASMA.
- Una buena alimentación en la madre durante la gestación.
- Lactancia materna exclusiva por los primeros 6 meses de vida.
- Iniciar la alimentación suplementaria después de los 6 meses de vida.
- No existe evidencia clínica suficiente para la utilización de las fórmulas de soya en la prevención de las alergias.
La lactancia materna exclusiva durante los primeros meses de vida en niños con riesgo familiar atópico ha demostrado un efecto preventivo en comparación con la alimentación con leche de vaca en la prevención de dermatitis atópica y asma.