Los signos vitales son signos clínicos y, como tales representan manifestaciones objetivas del estado de salud de las personas.
Los signos vitales, como su nombre lo sugiere, nos informan principalmente la vitalidad del paciente.
Por ejemplo, cuando una persona pierde la consciencia o se desmaya, ver sincope; a primera vista no podemos asegurar si esta “viva” ; lo mas probable, es que de forma automática tratemos de cerciorarnos de 2 cosas: si respira y si tiene pulso.
También es bastante obvio que un cuerpo sin vida esta frío.
Breve historia de los signos vitales
En el siglo XVI ya llamaba la atención que el aumento de la temperatura corporal, al tacto el principio, las pulsaciones y, la respiración estaban relacionados; pero la medición de la temperatura corporal sólo fue documentada por primera vez en 1625, cuando Galileo creo un instrumento para medir la temperatura que se llamó termoscopio.
Desde entonces se comenzó a realizar los primeros estudios de medición y recolección de datos, sin embargo el termoscopio era sumamente grande y, además se tardaba algo como 30 minutos en realizar cada toma de temperatura.
Por su parte antes de la invención del reloj, los médicos utilizaban un péndulo para calcular la frecuencia cardiaca y respiratoria.
Más adelante con la aparición del reloj y los termómetros de mercurio, mucho más pequeños y fáciles de utilizar, se comenzó a protocolizar la medición de estos signos vitales en todos los pacientes hospitalizados.
Gracias a la objetividad de la medición de los signos vitales, y la recolección sistemática de esos datos, los signos vitales se convirtieron en predictores de la evolución de la enfermedad de los pacientes.
Se establecieron rangos de normalidad y se pudo asignar significado clínico cuando la medición estaba fuera de estos valores bien sea por debajo o por encima de lo normal.
Significado fisiológico de los signos vitales
Los signos vitales dependen principalmente de la función del sistema circulatorio, cardiovascular y pulmonar (ver sistema circulatorio y ciclo cardíaco), pero este funcionamiento está regulado por otros sistemas como los hormonales y autonómicos.
La investigación de la fisiología de la circulación cardio-pulmonar, demostró que había un factor intrínseco muy importante en este sistema, ya que garantizaba que la sangre bombeada por el corazón pudiese llegar a todos los capilares distantes y, por ende llevar a cabo el intercambio gaseoso entre oxígeno y CO2 que, en definitiva, es lo que nos mantiene con vida.
Este factor es la Presión arterial, su medición fue posible mucho después en 1881 y 1896 cuando von Basch y Scipione Riva-Rocci crearon el esfigmomanómetro no invasivo y el de mercurio respectivamente que solo permitía determinar la presión sistólica.
Fue en 1905 cuando Nikolai Korotkoff pudo diferenciar la presión sistólica y diastólica como la conocemos hoy en día agregándose a la lista de los 4 signos vitales clásicos.
El monitoreo de signos vitales (SV) y el protocolo de emergencia.
Al principio solamente se utilizaban como predictor temprano del deterioro grave en pacientes hospitalizados, logrando establecer protocolos para clasificar este deterioro del estado clínico de los pacientes como emergencia.
Esto permitió sistematizar la respuesta del personal sanitario para lograr intervenir cuando los signos vitales indicaban deterioro inminente y evitar un desenlace fatal.
Monitoreo de SV en sala de hospitalización
El registro de los signos vitales se convirtió en un trabajo rutinario para el personal de enfermería. Se estableció que debían medirse obligatoriamente un mínimo de 3 veces al día en el caso de pacientes hospitalizados en sala.
Monitoreo de SV en Consulta de Triaje
También se utilizan en el triaje, la consulta rápida que se hace en sala de emergencia y, que permite filtrar los pacientes que presentan emergencias reales de aquellos que, si bien ameritan atención médica, su vida no se ve amenazada inmediatamente.
Monitoreo continuo de SV en UCI
La aparición de monitores electrónicos combinados con métodos invasivos, elevo esta medición a la forma continuada, es decir minuto a minuto, en el caso de los pacientes hospitalizados en sala de cuidados intensivos.
Los signos vitales mas allá de la emergencia hospitalaria.
Pero los signos vitales no son útiles únicamente en casos de emergencia, existen variaciones sutiles que pueden ser indicadores de enfermedad y otros asociados a otras situaciones como estrés psicológico, dolor, alteraciones hormonales como en el caso de enfermedades de la glándula tiroides; por mencionar algunos ejemplos.
Lo cierto es que, a pesar de los avances tecnológicos en materia de estudios especiales para hacer diagnóstico preciso, los signos vitales siguen siendo un método económico, rápido, seguro y objetivo que no pierde vigencia a la hora de evaluar el estado de salud de los pacientes.
El monitoreo ambulatorio de signos vitales
De hecho, el desarrollo de tecnologías de medición avanzados, basadas en sensores biofísicos, han llevado el monitoreo de signos vitales de nuevo nivel, hoy en día contamos con monitores portátiles y económicos que están al alcance de toda la población y que son casi tan precisos como los utilizados en cuidados intensivos; esto ha permitido el auto-monitoreo o el monitores a distancia que fue muy útil durante la pandemia COVID-19.
Durante el año 2020 surgió la necesidad de monitorear a distancia la indemnidad del intercambio gaseoso oxigeno – dióxido de carbono. Lo que impulso el desarrollo acelerado de los “oxímetros de pulso” que ya existían en cuidados intensivos y consultas de neumología, pero no estaban al alcance del público en general debido a su costo y usabilidad.
De esta forma, se logró tratar a muchos pacientes a tiempo y salvarles la vida; tambien nos dejó monitores de saturación de oxigeno capilar económicos, precisos y de fácil acceso. Haciendo así de la medición de la saturación de oxigeno un 5to signo vital rutinario en consultas presenciales y a distancia.
Cuales son los signos vitales.
Frecuencia cardíaca
La frecuencia cardíaca es el número de veces que el corazón late por minuto. Se medir escuchando los latidos del corazón directamente con un estetoscopio o se puede hacer una medición indirecta mediante la palpación de las pulsaciones en una arteria.
El pulso es la onda generada por cada latido cardíaco en las arterias, la mayoría de las veces las pulsaciones están coordinadas con el latido, pero no siempre es así. Además, tiene además otras propiedades que son utilizadas en la práctica médica y que no son parte de esta revisión.
La frecuencia cardíaca normal en adultos oscila entre 60 y 100 latidos por minuto en reposo. Aunque recientemente se ha demostrado que frecuencias cardiacas por encima de 80 en reposo de forma habitual, disminuye la expectativa de vida de los pacientes.
Presión arterial
Se trata de la fuerza que ejerce la sangre contra las paredes de las arterias al ser bombeada por el corazón. Dependiendo del “gasto cardíaco” y la “resistencia periférica”.
Se mide en milímetros de mercurio, la presión sistólica (el número superior) y la presión diastólica (el número inferior). La presión arterial normal en adultos es generalmente de alrededor de 120/80 mmHg. Ver presión arterial
Respiración
La frecuencia respiratoria es el número de respiraciones completas que una persona toma en un minuto, de forma automática o involuntaria.
Se mide observando el movimiento del pecho o el abdomen. La frecuencia respiratoria normal en adultos en reposo es de aproximadamente 14 a 20 respiraciones por minuto.
Temperatura corporal
La temperatura corporal es la medida del calor interno del cuerpo. Se puede medir de varias formas, como la temperatura oral, axilar, timpánica o rectal. La temperatura normal en adultos oscila entre 36.0°C y 37.5°C.
Saturación de Oxígeno (capilar):
Se mide utilizando un sensor que se coloca en la yema del dedo, donde está más cerca de la piel la red capilar y detecta el porcentaje de oxígeno a ese nivel. El valor normal es por encima de 97% a hasta 100%. Es útil en casos de enfermedades respiratorias infecciosas o crónicas como el asma o enfermedad pulmonar del fumador.
Referencias bibliográficas
Roguin A. Scipione Riva-Rocci and the men behind the mercury sphygmomanometer. Int J Clin Pract. 2006 Jan;60(1):73-9. doi: 10.1111/j.1742-1241.2005.00548.x. PMID: 16409431.
https://www.adctoday.com/learning-center/about-sphygmomanometers/history-sphygmomanometer
Kellett, John & Sebat, Frank. (2017). Make vital signs great again – A call for action. European Journal of Internal Medicine. 45. 10.1016/j.ejim.2017.09.018.