Muchas personas piensan que la barriga es solo un problema estético o una consecuencia normal de la edad.
Pero desde el punto de vista médico, la grasa abdominal profunda —la llamada grasa visceral— es uno de los tejidos más peligrosos del cuerpo.
No es una grasa “pasiva”.
Es una grasa activa, que produce sustancias, hormonas y señales inflamatorias que afectan directamente al corazón, las arterias y el metabolismo.
Por eso decimos que la barriga no es solo sobrepeso: es un órgano enfermo que puede provocar un infarto.
En este artículo te explico por qué.
🧠 1. No toda la grasa es igual
Existen dos tipos principales de grasa:
- Grasa subcutánea:
Es la que está justo debajo de la piel. La que se puede pellizcar en brazos, piernas o caderas.
No es inocente, pero no es la más peligrosa. - Grasa visceral:
Es la que se acumula dentro del abdomen, rodeando órganos como el hígado, el páncreas y los intestinos.
Esta grasa no se ve tanto, pero es la que hace que el abdomen esté duro y prominente.
👉 Esta es la grasa que más se asocia con infarto, diabetes y presión alta.
🔥 2. La grasa visceral no está “quieta”: está enviando mensajes dañinos
La grasa visceral funciona casi como una fábrica química.
Produce constantemente sustancias que:
- aumentan la inflamación,
- alteran el funcionamiento de las arterias,
- empeoran el control del azúcar,
- y dañan el corazón.
Entre esas sustancias hay:
- señales inflamatorias,
- hormonas que aumentan la presión arterial,
- y mensajeros que interfieren con el efecto normal de la insulina.
Por eso, aunque una persona tenga el azúcar “normal” en los análisis, la grasa visceral ya puede estar causando daño silencioso.
🩸 3. Grasa visceral y resistencia a la insulina (breve, pero clave)
Sin entrar en detalles, la grasa visceral favorece la resistencia a la insulina. Aquí te dejo mi artículo sobre la resistencia a la insulina, lo que ocurre en silencio antes de la diabetes tipo 2→
En palabras simples:
- La insulina intenta hacer su trabajo, pero las células no la escuchan bien,
- El páncreas produce más insulina, y eso termina dañando vasos sanguíneos y favoreciendo aterosclerosis.
👉 Este proceso puede durar años sin síntomas, pero mientras tanto el riesgo cardiovascular va creciendo.
🫀 4. El hígado graso: el “puente” entre la barriga y el infarto
La grasa visceral está muy relacionada con el hígado graso.
Cuando hay exceso de grasa abdominal:
- una gran cantidad de grasa llega directamente al hígado, el hígado se infiltra de grasa, y empieza a funcionar mal.
Un hígado graso:
- Produce más grasa “mala” para la sangre,
- Aumenta los triglicéridos,
- Reduce el colesterol protector,
- Empeora la inflamación general del cuerpo.
👉 Todo esto acelera la formación de placas en las arterias, incluidas las coronarias (las del corazón).
🥤 5. Bebidas con fructosa: gasolina para la grasa visceral
Las bebidas azucaradas (refrescos, jugos industriales, bebidas energéticas) contienen grandes cantidades de fructosa.
La fructosa:
- va directamente al hígado,
- se convierte fácilmente en grasa,
- y favorece tanto el hígado graso como la grasa visceral.
A diferencia de otros alimentos:
- no produce sensación de saciedad,
- no “avisa” al cerebro que ya comimos suficiente,
- y se consume en grandes cantidades sin darnos cuenta.
👉 Por eso las bebidas azucaradas son uno de los principales motores de la barriga abdominal y del riesgo de infarto, incluso en personas jóvenes.
⚠️ 6. La grasa visceral daña las arterias desde dentro
La grasa visceral:
- aumenta la inflamación crónica,
- reduce sustancias protectoras de las arterias,
- favorece que las paredes de los vasos se vuelvan rígidas,
- y acelera la formación de placas de grasa (aterosclerosis).
Con el tiempo:
- las arterias del corazón se estrechan,
- llega menos sangre al músculo cardíaco,
- y puede aparecer un infarto, a veces sin aviso previo.
👉 Muchas personas que sufren un infarto no eran diabéticas, pero sí tenían «barriga» grasa abdominal.
📏 7. Por qué la cintura es más importante que el peso
Desde el punto de vista médico:
- la circunferencia de la cintura predice mejor el riesgo cardiovascular que el peso o el IMC ((indice de masa corporal)
Se considera señal de alerta:
- más de 94 cm en hombres,
- más de 88 cm en mujeres (puede variar según contexto).
Una persona puede:
- no pesar “tanto”,
- pero tener grasa visceral peligrosa.
👉 La barriga es un marcador de riesgo, no solo de peso.
💡 8. ¿Se puede revertir este riesgo?
Sí.
La grasa visceral es metabólicamente activa, pero también metabólicamente reversible.
Las estrategias más efectivas incluyen:
- reducir bebidas azucaradas y alimentos ultraprocesados,
- mejorar la calidad de la alimentación,
- moverse más (caminar, fuerza, actividad regular),
- dormir bien,
- reducir el estrés crónico.
Lo importante es entender que:
reducir la barriga no es un objetivo estético, es una intervención médica.
🧭 Conclusión
La barriga no es solo grasa acumulada.
Es un tejido activo que:
- inflama,
- altera hormonas,
- daña arterias,
- afecta al hígado,
- y aumenta de forma silenciosa el riesgo de infarto.
Por eso insistimos tanto en la grasa visceral y en la resistencia a la insulina:
son el punto común de muchas enfermedades cardiovasculares modernas.
Cuidar el abdomen es cuidar el corazón.




























