La idea central es:
La presión alta. hipertensión arterial, daña la pared de las arterias y facilita la formación de placa de aterosclerosis.
Esto aumenta el riesgo de infarto de miocardio, ictus y otros problemas cardiovasculares.
Aquí tienes mi artículo sobre ¿Qué es la hipertensión arterial y sus causas?→
¿Qué es hipertensión mal controlada?
Hablamos de hipertensión mal controlada cuando:
- Las cifras de presión arterial están repetidamente por encima del objetivo que te ha marcado tu médico (por ejemplo, 140/90 mmHg o 130/80 mmHg, según tu caso).
- No se toma medicación, o se toma a dosis insuficiente.
- Hay olvidos frecuentes o tomas irregulares del tratamiento.
- No se han cambiado los hábitos de vida que el profesional ha recomendado.
Cuantos más años se mantiene la presión alta, mayor es el daño acumulado en las arterias.
Cómo la presión alta daña las arterias
1. Aumento de la fuerza sobre la pared arterial
Con la hipertensión, la sangre circula con más presión dentro de las arterias. Puedes aprender mas sobre la circulación y la presión arterial normal AQUÍ→
Esa presión extra supone una carga mecánica continua sobre la pared, sobre todo en las zonas de curvaturas y bifurcaciones de las arterias (más turbulencia).
Con el tiempo esto produce:
- Pequeñas lesiones en la capa interna de la arteria (endotelio).
- Cambios en la estructura de la pared.
Estas lesiones son el primer paso para que se inicie la aterosclerosis.
2. Disfunción endotelial
El endotelio es una capa muy fina de células que recubre el interior de todas las arterias.
En condiciones normales:
- Ayuda a que la arteria se relaje y se mantenga flexible.
- Regula la coagulación y la inflamación.
- Impide que se peguen sustancias indeseadas a la pared.
La hipertensión crónica provoca disfunción endotelial:
- El endotelio produce menos sustancias vasodilatadoras (como el óxido nítrico).
- Aumentan sustancias que favorecen la contracción, la inflamación y la coagulación.
- La superficie interna se vuelve más permeable y más fácil de dañar.
Un endotelio enfermo facilita el inicio y la progresión de la placa de aterosclerosis.
3. Mayor entrada de colesterol en la pared
Cuando el endotelio está dañado y es más permeable:
- Penetran con más facilidad partículas de colesterol LDL (“colesterol malo”) en la pared de la arteria.
- Estas partículas pueden oxidarse y hacerse más agresivas.
- El organismo envía células de defensa para intentar “limpiar” la zona.
Esto favorece la acumulación de grasa y células inflamatorias en la pared, formando las primeras lesiones de aterosclerosis.
4. Inflamación y engrosamiento de la pared
La presencia de colesterol y células inflamatorias produce:
- Engrosamiento de la pared arterial.
- aparición de tejido fibroso (una especie de “cicatriz interna”).
- Progresión de la placa de aterosclerosis, que cada vez ocupa más espacio dentro de la arteria.
La pared se vuelve más dura y menos elástica.
Esta rigidez también contribuye a que la presión arterial siga alta, creando un círculo vicioso:
hipertensión → daño y rigidez de la arteria → aumenta más la presión → más daño.
5. Mayor tendencia a formar coágulos
La hipertensión se asocia con:
- Activación de plaquetas (células encargadas de la coagulación).
- Cambios en factores de la coagulación de la sangre.
- Mayor probabilidad de que, cuando una placa se fisura o rompe, se forme rápidamente un trombo (coágulo).
Ese trombo puede:
- Obstruir por completo una arteria coronaria → infarto de miocardio.
- Taponar una arteria cerebral → ictus isquémico.
- Bloquear una arteria de las piernas → isquemia aguda o agravar una enfermedad arterial periférica ya existente.
Relación entre hipertensión, placa y eventos cardiovasculares
En resumen, la hipertensión mal controlada:
- Facilita la formación de placa de aterosclerosis.
- Acelera su crecimiento.
- Hace que la placa sea más inestable y más propensa a romperse.
Por eso las personas con hipertensión mal controlada tienen un riesgo aumentado de:
- Infarto de miocardio.
- Ictus isquémico y hemorrágico.
- Insuficiencia cardíaca.
- Enfermedad renal crónica.
- Enfermedad arterial periférica (problemas de circulación en las piernas).
¿Se puede frenar este proceso?
Sí. Aunque no siempre se puede hacer desaparecer la placa ya formada, sí podemos frenar su progresión y reducir el riesgo de infarto e ictus.
1. Control estricto de la presión arterial
- Tomar la medicación para la tensión exactamente como se ha pautado.
- Revisar periódicamente las cifras con el equipo sanitario.
- Usar, un tensiómetro validado clínicamente en casa para conocer cómo está la tensión en el día a día. Te dejo los dispositivos que recomiendo para medir la tensión en casa AQUÍ→
- Consultar si se necesitan ajustes de tratamiento cuando la tensión sigue alta.
Las guías recomiendan, en la mayoría de los adultos, intentar mantener la presión arterial por debajo de 130/80 mmHg, siempre que el paciente lo tolere bien y según su situación individual.
2. Cambios en el estilo de vida
Todos estos cambios ayudan a bajar la presión y a proteger las arterias:
- No fumar.
- Reducir el consumo de sal, alcohol y alimentos muy procesados.
- Seguir una dieta cardiosaludable (por ejemplo, tipo mediterránea).
- Mantener un peso saludable.
- Realizar actividad física regular (caminar, bicicleta, natación, según las recomendaciones del profesional).
- Dormir adecuadamente y manejar el estrés en la medida de lo posible.
3. Control de otros factores de riesgo
Además de la tensión, es importante:
- Controlar el colesterol, especialmente el LDL (a menudo con estatinas).
- Detectar y tratar la diabetes si existe.
- Controlar otras enfermedades asociadas (como enfermedad renal).
La suma de todos estos factores es la que determina el riesgo cardiovascular global.
Para saber si tienes riesgo alto de infarto te dejo mi artículo AQUÍ→
Ideas clave
- La hipertensión mal controlada daña la pared de las arterias y favorece la formación y progresión de la placa de aterosclerosis.
- Este proceso aumenta el riesgo de infarto, ictus y otros problemas vasculares.
- Controlar la tensión con medicación y cambios de estilo de vida, junto con el resto de factores de riesgo, es una forma directa de proteger las arterias, el corazón y el cerebro.
Si estas teniendo problemas para controlar tus cifras de presión arterial y/o establecer hábitos saludables en tu vida para así evitar un infarto. Te recomiendo mi programa «Quiero evitar un infarto» – 14 semanas. es acompañamiento médico estructurado «on line» para cambio de hábitos con seguimiento objetivo de signos clínicos en tu día a día. Aquí tienes la información→
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