La disnea, o dificultad para respirar, es un síntoma frecuente que puede aparecer en situaciones benignas como el ejercicio intenso o el estrés, pero también ser el signo de enfermedades respiratorias, cardíacas o metabólicas graves.
Algunas personas describen la disnea como “falta de aire”, “ahogo” o la sensación de que “el aire no alcanza”. Puede ser progresiva y apenas perceptible (por ejemplo, subir las escaleras cada vez más despacio) o aparecer de manera súbita y alarmante, como tras un infarto o una crisis asmática.
¿Qué es la disnea?
La disnea es una sensación subjetiva de dificultad respiratoria que resulta de un desequilibrio entre la demanda de oxígeno del cuerpo y la capacidad de los pulmones y el corazón para responder.
👉 Importante: en algunos casos no es fácil de reconocer, ya que, cuando el problema se ha ido instalando lentamente en el transcurso de años, los pacientes se adaptan a vivir con niveles bajos de oxígeno sin notarlo.
Causas frecuentes de disnea
🔹 Causas respiratorias
- Asma: inflamación y estrechamiento de las vías respiratorias, que produce disnea episódica acompañada de silbidos al respirar.
- EPOC (enfermedad pulmonar obstructiva crónica): causada principalmente por el tabaquismo; genera daño progresivo y crónico de los pulmones.
- Neumonía o infecciones respiratorias agudas.
- Fibrosis pulmonar: endurecimiento progresivo del tejido pulmonar.
🔹 Causas cardíacas
- Insuficiencia cardíaca: el corazón no logra bombear suficiente sangre, se acumula líquido en los pulmones y aparece disnea.
- Infarto agudo de miocardio: puede causar disnea súbita junto a dolor torácico.
- Valvulopatías cardíacas.
🔹 Causas metabólicas o sistémicas
- Anemia: la falta de hemoglobina reduce el transporte de oxígeno en sangre.
- Ansiedad y ataques de pánico: la hiperventilación genera sensación de falta de aire.
- Trastornos metabólicos (acidosis diabética).
Adaptación del cuerpo y percepción de la disnea
Algunos pacientes con enfermedades crónicas como EPOC o insuficiencia cardíaca aprenden a modificar su estilo de vida (caminar más lento, descansar con frecuencia) y no perciben la gravedad de su falta de aire.
En contraste, la disnea que aparece de forma súbita (ej. en un infarto o embolia pulmonar) suele ser mucho más evidente y alarmante.
Evaluación médica de la disnea
- Historia clínica y exploración física.
- Espirometría: mide la capacidad pulmonar y el flujo de aire.
- Oximetría de pulso: mide de forma rápida y no invasiva la saturación de oxígeno en sangre.
- Gases arteriales: examen más preciso que cuantifica oxígeno, dióxido de carbono y equilibrio ácido-base.
- Radiografía de tórax o tomografía: útil para descartar neumonía, EPOC, fibrosis o tumores.
- Ecocardiograma y pruebas cardíacas: para descartar insuficiencia cardíaca o valvulopatías.
Síntomas asociados según la causa
- EPOC/tabaquismo: tos crónica, expectoración, infecciones respiratorias frecuentes.
- Asma/rinitis alérgica: disnea episódica con silbidos y/o congestión nasal.
- Insuficiencia cardíaca: hinchazón en tobillos, fatiga, dificultad para respirar al acostarse.
- Anemia: palidez, cansancio, taquicardia.
- Ansiedad/pánico: respiración rápida, sudoración, palpitaciones.
Tratamiento
Depende de la causa:
- Respiratorias: broncodilatadores y corticoides inhalados en asma; oxigenoterapia y rehabilitación en EPOC.
- Cardíacas: diuréticos, betabloqueadores, inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina (IECA).
- Anemia: corrección de la causa (suplementos de hierro, vitamina B12, transfusión).
- Ansiedad: técnicas de respiración, terapia psicológica y, en algunos casos, medicación.
👉 Siempre debe tratarse la enfermedad de base; la disnea es un síntoma, no una enfermedad en sí misma.
Perlas clínicas 💡
- La disnea de inicio súbito y severo siempre debe considerarse una urgencia.
- En fumadores crónicos, la causa más frecuente es el EPOC, un grave problema de salud pública.
- La disnea acompañada de dolor torácico puede indicar un infarto o embolia pulmonar.
- La diferencia entre oximetría de pulso y gases arteriales: la primera es una medición rápida y aproximada; la segunda es precisa y aporta más información clínica.
Conclusión
La disnea es un síntoma que puede ser benigno (ansiedad, ejercicio) o una señal de enfermedades graves como EPOC, insuficiencia cardíaca o anemia. Reconocer los síntomas asociados y consultar al médico permite un diagnóstico temprano y tratamiento oportuno.



























